Saturday, May 4, 2013

Reflejo


Querido Mío, si te concentras, tal vez puedas percibirme iluminando tu galaxia con la intensa llama que provoca el deseo de piel entre mis labios y puedas notar mis manos atándote de pies a cabeza con mi lujuria hambrienta. Atrapada en la red de mi propio orgullo entre la charla cotidiana y las hipócritas sonrisas voy recordando tu curtido y perverso amor, mientras se van poniendo húmedos mis deseos. La brisa descarada que entra por mi ventana duplica mis emociones, me dejo arrastrar por mis anhelos e incito a mis dedos a resbalar más allá de la cubierta triangular que resguarda celosamente mis placeros. Convoco mi delirio imaginando un altercado mano a mano. Un tú arriba yo abajo. Un tú detrás yo enfrente. Un tú de frente yo enfrente. Un tú reflejado en mis ojos. Un Yo reflejado en los tuyo.




Monday, April 8, 2013

Mierda y Rutina



Me odio casi todos los días porque no puedo hacer lo que quiero. Mi trabajo es bastante aburrido. Me atormenta vernos tan poco, últimamente compartimos solo la cama y llegamos tan cansados, que solo alcanzamos a darnos un beso para luego descansar nuestros huesos en el sueño del olvido laboral.
No quiero atormentarte con mis desvaríos, prefiero que disfrutes de todo lo que llega, aunque yo no esté allí para compartirlo contigo. Tampoco quiero que pienses que confío en que mañana será mejor porque ¡Nunca tendremos mejores días!
Estamos condenados a la misma mierda de rutina y cotidianidad.
¿Tanto esfuerzo valdrá la pena?
Viviré en ese pueblito cercano al Manglar, cercano al mar donde aún se puede disfrutar de la música bajo el sol, de las calles polvorientas repletas de gente sencilla y donde aún se puede tomar una cerveza en paz mientras camino…

Friday, March 22, 2013

Divina Cafeina



Como odio el sonido del despertador, como detesto salirme de la cama tan temprano para continuar la monótona rutina.

Voy casi tropenzando con Filiberto, el gato amo de casa, mientras camino hacia la cocina y automáticamente le lleno su plato con pepitas de colores, voy a mear al baño, lavo mis mano y enciendo la hornilla.

Durante años esta es mi rutina, todo de memoria. De la cama, al baño, a la cocina y sobre la ardiente hornilla hiervo agua con la excusa del cafecito calentito, conjurando el agridulce sabor del jarabe de petróleo.

Esta semana fue tenaz y hoy traté de marcar la diferencia. Pero la vida conmigo es muy puta, le encanta meterme el pie y romperme la boca contra la acera.

En mi oficina se terminó el café y solo había dos frasquitos verdes decían caféescafeinado… eso es mucha mierda.

El café es como gasolina para cerebro, hasta el primer sorbo, no enciende.

Y hoy en el estante de la cafetería dos frasquitos verdes se burlaban de mi mala leche.

Si así inició mi día… no quiero imagina el resto que está por llegar.