Tuesday, June 19, 2007

a brocha gorda!



Clack. La tapa cede ante la insistente presión de la espátula, las cerdas de la brocha cambian a voluntad su color natural por un amarillo tostados, una mano áspera toma el cabo rojo de la brocha e imprime su fuerza de arriba abajo, de izquierda a derecha, llena de color una pared neutra.

A diario, durante la última semana, Santos Franco ha repetido este proceso. Mi departamento se ha transformado en un abrir y cerrar de ojos, pues la rapidez de mi pintor es asombrosa.

Tiene 52 y lleva 30 de pintor “de brocha gorda” , al principio ayudaba a su hermano, a quien no conozco, luego fue tomando trabajos por separado, se hizo famoso por poder pintar con cualquier técnica –esponja, estruco, rodillo montado--, hasta convertirse en un pintor exclusivo.

Su trabajo lo ha llevado por todo el país, “recuerdo cuando el Abogado Nebot (Jaime Nebot, actual alcalde de Guayaquil) me llevó para que pintara su oficina en el edificio Valra, de allí me mandó a Quito para que pinte su despacho en el Congreso; luego me contrató un diputado para que le pinte su casa en Riobamba”, “tal vez algún día pinte el Palacio de Carondelet” , acotó.

Hace 2 meses regresó de Italia a Ecuador porque su hijo menor, Daniel, fue apuñalado y su condición era crítica, todavía recuerdo su llamada: “Niña, llego mañana a las 4 am. dígale a Carlos que me vaya a ver”, sin más explicaciones cerró.

En Italia estuvo por 2 años y planea regresarse el 26 de agosto o cuando haya reunido el dinero para obtener el visado. “Me fui porque mi mujer me mandó a ver, me envió la plata, el pasaje. Yo solo no hubiera podido irme” , comentó, mientras refrescaba su garganta con otro trago de cerveza… “Con este calor no hay mejor forma de trabajar” me dijo como intuyendo el significado de mi sonrisa. “Para los hombres allá casi no hay trabajos, son las mujeres las que encuentran rápido una plaza, un cachuelo. Mi mujer, trabaja como dama de compañía de una “Nonna”, así le dicen a las abuelitas, gana $ 1,500 al mes” Santos Franco, sonríe un poco… “no es tanta plata como suena niña… eso se va en el arriendo y la comida, aunque es verdad vivimos mejor que acá”.

Continuamos hablando, mientras almorzamos, creo que se siente más cómodo, pues antes pintaba de azul eléctrico una de las paredes de mi cuarto, me imaginé que al menos para él no fue tan difícil como para otros, pero, me equivoqué. Mi pintor, estuvo en “paro” por 3 ó 4 meses hasta que encontró una vacante en una compañía que se encargaba de limpiar las ventanas de los edificios de Milán. “Una vez estuve colgado durante 3 horas de un edificio casi tan alto como el de la Previsora, pues el carrito del andamio se había trabado. Pensé que me iba a morir estampado en la vereda si ese andamio se caía.”

En Italia hay muchos ecuatorianos trabajando y me contó que los fines de semana se reunían en una “piacha”, como el Parque Centenario, y en ella se realizan fiestas, partidos de fútbol, encuentros de cuarenta o simplemente se sientan a conversar.

“Milán es maravilloso, la gente, la comida, los helados, pero, sobre todo el vino”. ¿Y el fútbol? Mas de una vez me encontré con Santos Franco en la tribuna del Monumental --estadio de uno de los equipos del astillero, Barcelona--, gritando, saltando, tomándose una cerveza, bailando con la mamá del árbitro. No creo que el viaje lo haya cambiado tanto… “Eso es cosa aparte, allá se vive el fútbol, no es algo que vas a ver, es algo con lo que vas a vivir todos los días y todas las noches. Aquí, ves a la gente gritando y saltando cuando se gana un clásico o un campeonato, pero allá son días antes del partido y 2 días después del partido, mas no sólo se grita y se canta, hay juegos pirotécnicos, banderas en los bares y balcones”, me comentó.

Como estamos a punto de terminar el año tuve que preguntarle cómo era la celebración, a lo que me respondió: “Horrible, si quieres farrear tienes que irte a una disco y allá no ponen salsa, no puedes reunirte en tu casa porque si haces mucha bulla los vecinos llaman a la policía, el 31 no es feriado, trabajas en horario regular”.

Entonces nada de año viejo, fuegos artificiales, camaretas y amanecida con comilona incluida termino por decir para completar sus palabras… “Lo que si es bien bonito es el Carnaval. Es parecido al de Brasil. La gente se disfraza, yo me disfracé de perico, baila y bebe; tendría unas lindas fotos si no se me hubiera dañado los rollos”, acotó. Tan diferentes a nuestros carnavales llenos de agua, carioca y bromas los imagino algo más civilizados, diferentes pero igual de divertidos.

Y, hablando de colores, fiesta y alegría termina nuestro murmullo para el callejøn con Santos Wilfredo Franco, el pintor, quién utilizó amarillo tostado, amarillo sol, azul ozono, naranja tangerine, verde lima y amarillo girasol, para pintar mi casa en menos de un mes y más de una semana.

10 comments:

Unknown said...

Gran historia, de esas que deben mostrar que en algun punto de la vida humana, hay algo que se llama dignidad

Anonymous said...

¡Que te decía que me has puesto el dedo en la llaga! por la historia aquella que tu ya conoces y que prefiero no recordar.

Anonymous said...

Se deja el pais, el precio es grande, pero con cierta recompensa,oportunidades y un poco de estabilidad.

Jolie said...

a mi me bajaron del avión jeje (en sentido figurativo) pero igualmente hubiera regresado, mi pais mi tierra mi gente, son cosas que no podría cambiar por nada.

no se por qué se deja el pais pero en el caso de las familias es una de las peores decisiones que se pueden tomar, si uno es independiente pues resultan buenas oportunidades.

Jolie said...

por cierto, me estoy imaginando tu casa con tal combinacion de colores... hmmm me dejas pensando.

Anonymous said...

Mucho valen los que son como Santos.

DTB

marilu said...

me encantó como la redactaste... chuta, qué chévere ese man

sube una foto de cómo quedó tu casa, yo me la imagino como la animación del video (o peli?) de los beatles: lucy in the sky with diamonds...

ahora sería, candela in the sky with diamonds jaja

Sick Boy said...

azul electrico? jajajaaj buena esa!...

... si los obreros tienen grandes historias que place sentarse a escuchar... por experiencia propia lo digo...

que bien redactado esta, he perdido 5 minutos de la mejor manera, deleitando la vista con letras... e imaignando los colores

saludos!

Carlos Paredes Leví said...

Me llamó la atención lo del vino, porque los ecuatorianos que residen en España, no son nada aficionados a dicha bebida. Optan por la cerveza.
Un saludo.

berts said...

Hola Hermosa, no conocía este callejón, pero los murmullos son interesantes ;) un besote