un punto final

Otra vez estoy aquí, en este cuarto siniestro rodeada por la enfermedad y la miseria… no intento ponerme cómoda, dentro de un rato la nausea se apoderará de mi y en el sanitario repetiré la dolorosa tortura a la que me someten los medicamentos…

Con una ligera caricia de cristal, ella acerca a mis labios agua fresca en cortos tragos, líquido que corre libre humedeciendo mi garganta, mientras un poco más abajo refresca las paredes heridas de mi estómago…

Hoy, todo me molesta Querido, incluso la percusión de mi corazón contra el esternón… mi fe se agota, mi escaza paciencia es intolerante con sus palabras cargadas de religiosa culpa… estoy tan cansada de oirla nombrar el consuelo de un dios sordo, mudo, ciego, fantástico e ilusorio… le he dicho a gritos que se calle, pero ella necia continúa devotamente con su rosario de avesmarías, oponerme a su religioso tormento no hace ninguna diferencia créeme...

Tengo ganas de cambiar mi colección de pastillas de colores por una caja de lindormin, dormicum, ativan, somese o xanax… la próxima vez que vengas Querido tráeme unas dosis de contrabando, el último cargamento me mantuvo ajena a esta batalla inútil, no entiendo porqué el médico no las incluye todas en mi coctel saludable, no debería prescribirme esas vitaminas asquerosas que junto a las horrendas inyecciones de DexFerrum, sólo me aumentan las nauseas y los dolores…

Cada vez que una jeringa se acerca al cateter imagino que las enfermeras confundieron la historia clínica, me preparo a recibir una descarga intensa del Astramorph, que le recetaron al de la cama de enfrente, pero sólo termino desilucionándome… Lo sé! La morfina también provoca nauseas, mareos, dolor, pero me dormiría por un buen rato y eso es mucho en este infierno… anhelo tanto una tregua, sin despedidas, sin lágrimas, sin lamentos...

un punto final con mi nombre y apellido en la sección de obituarios, eso quiero!