delirio febril!

Cuando este delirio febril termine, será tarde para corregirme de todas las frases compuestas al ritmo de mi piel ardiente como consecuencia absoluta de la lucha de mis defensores blancos contra un virus no invitado, pero recurrente… la batalla con este organismo cristalizado se extiende más allá de los días, manteniéndome sudorosa, abrumada y sin descolgarme del grado 39 esta microscópica molestia pelea su permanencia oponiéndose a ceder una décima… combino amoxilina, ciproxina, ibuprofeno, paracetamol, pseudoefredrina, acetilcisteina con la convicción de reducir a cenizas su estructura orgánica, mas por instancias su resistencia atrincherada me orilla a mantenerme tendida en diagonal sobre mi costado intentando aminorar el dolor bajo una gruesa colcha que supone protegerme del intenso escalofrío que logra producirme la ligera brisa que con artimañas consigue colarse bajo mi cubierta de grueso algodón… cada cierto tiempo camino desde esta cama, mi último refugio, con el cabello casi pegado al cráneo, muy ligera de ropa, descalza por el pasillo, que en esta bruma se me antoja inmenso como las dunas del desierto africano, hasta el filtro de cerámica oculto en la cocina anhelando refrescar mi cuerpo con cantidades insospechadas de agua, y al final, con una carga de líquido similar a la de un dromedario listo para iniciar un largo viaje, vuelvo a mi lecho sintiéndome algo menos que un cadáver amortajado en sábanas mojadas por mi agónico sudor, un no muerto incapaz de especular cuanto más durará esta campal lucha por la fugaz supervivencia…