"yo estaré siempre allí donde me necesites, sólo tienes que mirar
hacia allá, sea de día o sea de noche;
en los destellos del mar, ahí estaré yo."
Destellos En El Mar, Raúl Vallejo en Fiesta de Solitarios
Candelita, vení sent(á)te aquí, te voy a hechar un cuento… tú sabes que yo soy tu papá? (Candelita, mirando desde abajo, con los ojos hinchados y el pelo todo alborotado, niega con la cabeza) Sí, yo soy tu papá… mirá, papá no es el que pone la semillita y ya, papá es el que está allí para las que son, firme aunque se queme el poto (candelita, acomodándose en la hamaca de paja tejida, tomando con su mano el dedo gordo del hombre) el día en que te encaprichaste en nacer, Sí, porque le rompiste la fuente a la mamita, fue un jueves por la madrugada cuando nadie lo esperaba, muy temprano cuando el sol recién salía, asustado manejé la camioneta acompañándola hasta el hospital. Recordás el Seguro? Ese hospital todo verde, inmenso, lleno de árboles dónde te gusta ir a jugar (candelita, más interesada en las puntas del bigote del hombre dice si) pues tu mamá estaba muy nerviosa, no sentía dolor, pero tú querías llegar y ella lo sabía, los doctores la chequearon, luego me dijeron que tenían que ponerle una medicina para apurar el parto, que unas enfermeras pondrían sus manos sobre su panza y empujarían para que salgas porque venías de pie, todos los bebes del mundo vienen de cabeza, pero tú, tenías que hacerlo a tu manera… firmé tantos papeles que perdí la cuenta… todas las enfermeras me miraban, conversaban entre ellas riendo de mis nervios, pensaban que yo era el esposo de la mamita, ni pensaban que yo era su hermano menor y lo supe cuando a las 11:45 salió el doctor a decirme que tenía una hijita, a ver Candelita mostrame las once cuarentaicinco acá en el reloj (candelita señalando la exacta posición de la hora en un citizen dorado de luna cuadrada) pero bueno allí no terminó tu cuento, porque el doctor de niños y el doctor de mamás me dijeron que te pondrían en un incubadora, que es una máquina donde mantienen calientes a los bebes, así como el hornito mantiene calientes los bolones, estarías allí unos días hasta que pudieras respirar con tus propios pulmones, Sí, los tenías tan chiquititos, por apurada zambita si te hubieras quedado en la barriga de tu mamita no te habría pasado nada, pero tú eres muy impaciente cuando te lo propones… (candelita sonríe con picardía, sabe muy bien a que se refiere el hombre) llegaste al mundo sin cejas, pestañas, uñas, llorabas calladito como un gatito, eras una pendejadita de bebé. Yo te miraba desde una ventana, con el corazón arrugadito lloré, porque los hombres también lloramos princesita, me prometí cuidarte siempre, en eso llegó mi papá y me repeló por andar de mariquita lagrimeando en los rincones… pero verte lo desarmó… Candelita yo soy tu papá, no llores más, vení (candelita acomodándose entre el pecho y los brazos del hombre) vamos a comprarnos un helado, oyes el tilín tilín de la carretilla del heladero(candelita sin mayor interés afirma con su cabeza)…
Más o menos así iba la historia que mi tío Bigotón contaba cuando la tarde del domingo se consumía y mi papá no llegaba a buscarme… como muchos niños de padres divorciados en la historia de mi vida se acumulan decepciones, promesas incumplidas, falsas expectativas, aquí un largo etc, la mayoría de recuerdos que tengo con mi padre son tristes, violentos o ambiguos… en cambio, con Ernesto, mi tío, sucedió todo lo contrario…
Él, un joven estudiante de derecho, rebelde, apasionado, comprometido con sus ideales era quien por las tardes hacía una pausa a su agitada vida para recogerme en el jardín de niños y entre relatos mitológicos compartir su almuerzo conmigo, quizás de ese tiempo me ha quedado esta oposición a comer sin compañía… porque hoy, no tolero almorzar en solitario, me incomoda la ausencia de una buena charla acompañada por un café al final de la comida…
Todos los momentos kodak que los niños atesoran como el primer día de clases, las cometas, los paseos o las travesuras yo las comparto con mi tío Bigotón… hace unos días mi abuelo, su padre, me sorprendió con una confesión: “tomas la taza como mi hijo”… Sí, es muy cierto, es un hábito que sólo se adquiere con la convivencia, Yo, como él, sostengo por la base la taza de café, jamás por la asa… Esa confesión tan nostálgica de un padre tan reservado como él me dejó pensando largamente en qué otras actitudes, Ernesto, continuará en mi vida, aunque un infarto lo alejara para siempre un día como hoy hace 9 años para ser exacta…
Fue un lunes soleado y agitado porque por aquellos días yo combinaba los estudios con el trabajo, conversamos esa mañana por teléfono, pues vivimos muchos años separados geográficamente, pero muy cercanos… Esa noche, otro de mis tíos me fue a buscar a la universidad, al verlo fuera del salón de clase intuí la razón… viajamos toda la noche, en un silencio doloroso cargado de angustia… Yo, sólo esperaba que todo terminara como una broma macabra…
Los días pasaron largos, como en slowmotion, en el cementerio antes de regresar a Guayaquil, uno de sus amigos se me acercó con la timidez propia de los ciudadanos de provincia, me dijo tú eres su hija… Y sin esperar mi respuesta me entregó una funda con los objetos personales que habían sido olvidados en la morgue… el citizen dorado que recuerdo desde niña, su billetera de cuero curtido y añejo que entre otras cosas guardaba mi foto… mi rostro cargado de inocencia en una blusita rosa sonriéndole al tío bigotón tras la Minolta… le entregué todo a su esposa, pero me quedé con la foto…
Mi familia muy devota, conservadora, prudente ha organizado para este día una visita al nicho donde hoy reposan sus huesos, me he negado a acompañarlos… me rehuso a recordarlo como una tumba fría con su nombre escrito en tipografía gótica…
Ernesto, era un hombre honesto, un abogado justo, un juez distinguido por no dejarse seducir por la corrupción del sistema… Ernesto, era un padre amoroso… Ernesto, era amigo leal, solidario… Ernesto, era un hombre alegre, humano… y toda su vida, junto a sus recuerdos, no pueden ser reducidos a un montón de huesos…
Ese hombre de risa sonora y frecuente me transmitió como una enfermedad incurable la pasión por la lectura, el cine (bueno o malo), me demostró que la única forma de sentirse vivo es comiéndose de un bocado el mundo… Me niego a recordarlo como un objeto inerte y negarle la celebración que merece la vida que llevó con la cara bien limpia, mirando siempre al frente…
Y, aunque me han pasado 9 años por encima, suelo descubrirme con los ojos húmedos mirando un punto fijo… creo verlo por la calle caminando a mi lado… creo oír su silbido bajo mi ventana… creo sentir su beso en mi frente cada mañana de mi cumpleaños…
La mujer que soy hoy con ligeras arrugas de expresión, esconde tras un rostro sin maquillaje, a la niña tierna de blusita rosa… La niña y la mujer que viven en mi, lo extrañan sin pausa en cada respiración…
9 comments:
Hay personas que por su significancia en vida, permanecen en nosotros aún mucho después de haverse ido, y se manifiestan lo mismo en lo grande que en las menudencias (como agarrar una taza de café). Usted fue afortunada al compartir parte de su tiempo con un hombre tan valioso y nadie le puede robar sus recuerdos.
Un saludo.
PD: No me la imaginaba tan sonrosada...
Dragoncita, la vida nos pone maestros generosos en nuestro camino...
Carlos Paredes Levi, Tujes, jajaja si rosado, hay fotos que prueban que en algún momento de mi vida usé esa paleta cromática... ahora no dudo que su imagen empate con mi actual vestuario.. :)
Vuelvo a ver la foto y me pregunto: Se apellidará usted Mc Allister o algo similar ?. Sin embargo,luego lo dudo porque, en tal caso, sería adicta al té.
En mi primer comentario a este post, puse haverse con v. Lo siento, se ve que se me escaparon los dedos...
Si, también tomo te... tengo un par de marcas favoritas y sabores predilectos, mas hay algo en el café de variedad robusta que me seduce... Durante una epoca empecé mi día con una taza de te, pero ahora hay una variedad mezclada con menta, manzanilla y otras hiervas que acompaña mis noches insomnes...
Los errores ortográficos no son comunes en usted y al percatarme de él, me dije tipeo ràpido y no se fijó...
Por ahora continuaré con la lectura de un libro sugerido, quizás en la noche escriba algo sobre él...
Mokachino con ron, siete años para hoy... y allà en Madrid?
mis sobrinos son seres brillantes de una sensibilidad abrumadora, tanto tú como Ernesto, poseen una humanidad intimidante y son seres capaces de conmover al más gélido corazón... y como las estrellas fugaces iluminan la vida de todos aquellos a quienes tocan sin egoísmo... un beso desde la montaña mi linda!
Ya me comentará el título del libro...Yo ando releyendo "Rayuela" y pegándolo duro al café. Hoy sin azúcar ni canela.
Esa foto es bella, todas las fotos que te sacaron esa tarde son preciosas... Es que mi tío tenía ese ángel para hacernos sonreir, las fotos mías que más me gustan las hizo él... con los ojitos rojos te mando un besotototote desde el otro lado del mundo! Carpediem Candelita!
quedé muy conmovida con un niño que gritaba con un hondo dolor: ¿por qué eres malo conmigo niño Jesús? creo que lo hizo sin deseos de recibir una respuesta, o sin interes ya.
si pudieramos cambiar algunas cosas que han sucedido, si pudieramos ser 'justos' con todo lo que deberia de ser y lo que no.
sabes, te acompaño en tu dolor. por tus letras en este blog y en buenas noches se de todo el cariño que le tienes y cuanto lo amas.
aquella frase es cierta, no pierdas la fe y sientelo así como a él le gustaba, viendote feliz y riendo hasta que el alma misma se te quiera escapar.
Que podría decirte yo, que vivas por las personas que estamos aquí y que hemos aprendido a quererte.
Arriba ok.
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