la cafetera!

Todos los viernes en casa, de unos meses para acá, nos reunimos a la tardecita a tomar café. Cada uno pone lo suyo: pan de yuca, biscochitos, tortitas de verde, masitas, pastelillos, humitas, muchines, quesito, tortillas de maíz. Claro que el menú cambia según el ánimo, pero lo inamovible es el café. Siempre colado con agua panela, canela, clavo y pimienta.

Se ha ido sumando gente la casa nos quedø chica y la cafetera italiana también... para esta familia el café frío es un insulto y el café tibio es de mal gusto, tenía que colar a cada rato porque el líquido color petrøleo se evaporaba al segundo... ¡Hasta hoy!

Yo, sølo escuché: "sobrina tome que me lo gané en una rifa" ... allí frente a mi una caja mediana envuelta en papel kraft. Rompí el papel para ver el contenido y fui descubriendo mi regalo ... "ya deje la modestia, coja que usted sabrá usarla yo estoy muy viejo para eso" ... (a candelita le salieron estrellas de los ojos como a loonytoons) ... "úsela en su oficina, pero úsela, no sea como mi mujer que todas esas cosas las tiene de adorno". (candelita agarrø su cafetera nueva, la enchufø y colø 10 tazas de café)

¿Vamos a negarlo? Esta vez no puedo... siempre quise esta cafetera. Me enamoré cuando la ví...

Solía caminar por la sección de cocina imaginándomela sobre los azulejos inmaculados o en una esquinita de mi estudio. Así brillando en la habitaciøn, gustosa de ser el centro de la conversaciøn, esperando que mis manos la pongan a hervir.

No me atrevía a llevarla hasta la caja, me contenía su precio. La compraría después. No me interesaba ningún modelo econønomico, mi italiana cuela también como ellas y su café me mantiene satisfecha. Era un capricho de gusto. Al final, me decía quizás algún día ponen esta belleza en rebaja...

Mi studio recibiø su primer regalo. Sí, ese cuarto minúsculo al que osadamente le digo mi studio.
¡Y todavía de quién! Conmovida si estoy... él no dice nada, pero apoya mi salto libre... esas frases significan en su idioma particular no te puedes detener, ni te pienses devolver, si acaso lo haces yo mismo me encargo de liquidarte.

Ah, y también: ¡Café frío nunca más!

Conociéndolo como lo conozco enloqueciø a los vendedores hasta que le demostraron que el café se mantenía caliente, que no era cuento publicitario aquello de la jarra de acero inoxidable... y conociéndolo como lo conozco se que la rifa es cuento, me comprø la cafetera por la pura gana de verme feliz...

*Marea. Marea.
En estos tiempos por qué nos costará tanto jugárnosla con una llamada en primera persona a viva voz... nos quedamos expectantes en estado pasivo tras un monitor... esperamos una respuesta vía mail, quizás evadimos las consecuencias de nuestras actitudes... le restamos importancia... definimos como una molestia una herida provocada con ira... la consideramos un berrinche injustificado... evitamos las disculpas escribiendo una ligera anodina misiva... ignoramos el problema... sintetizamos el irrespeto a algo tan sencillo como tomar una buscapina para aliviar "esas molestias"... No entiendo por qué en esta época voluntariamente limitamos el contacto humano a medios virtuales cuando es tan simple invitar un café, compartir unos tabacos y preguntar de frente mirando a la cara lo que se desea saber... Acaso, ¿tememos un rechazo?