Thursday, January 8, 2009

ocultos bajo ceniza



En noches como estas nuestras miradas se encuentran como en los callejones los gatos a media noche. Amantes del buen café coincidimos en esté ricøn porteño dønde suelen moler el grano tostado completamente ajenos al mundo sangriento que imprimen las rotativas...

Somos fumadores confesos. Evitamos visitar a los galenos porque sølo nos cargan de privaciones. Guardamos en las chaquetas nuestra asesina preferida: La nicotina. Heterogéneos en gusto pero exactos en placer. Yo con filtro; tú sin él.

El tabaco sabe mejor cuando a dúo dos pares de labios remojados en deseo se provocan. ¿Lo admitimos?

La cortina se abre desde la calle. Un farol lejando ilumina ténuemente este rincøn olvidado que atestigua nuestra tregua. Ajenos de toda verguenza en un abrazo hambrieto cedemos al pedido urgente de la piel.

Sonreímos sin misterios saborenado los recuerdos ardientes ocultos bajo las cenizas. Tanta hambre nos ha transformado en caníbales. Y sin mucho juicio te recito escondido entre tus rizos: "sus pieles proscriptas se buscan sin tregua, ignorando el violento contenido de los titulares, van desgranando a mordidas intensas el ansia frenada por su robusta ausencia... sintiendo hambre de calor/ hambre puta/ hambre de alegría/ hambre volátil/ hambre de infiernos/hambre candente/ hambre de vida/ hambre pecadora/ hambre de esperanza/ hambre arpía/ hambre de muerte/ hambre urgente/ hambre simplemente hambre... La noche entiende su hambre, comprende todos los tipos de hambre, y cercana a la luna los observa conmovida... ¡ingenuos amantes! confiándose sus mieles y secretos, aún no aprenden que más allá de su amor, la realidad los acecha sin prisa.."

En un instante, el taxi discreto se arrima a nosotros y sin mayores señas se pierde entre las calles de la ciudad canalla pintada de smog. Todos los caminos bordeados de asfalto, sin colores de naturaleza, sin aromas de bosque… ¿cuánto se requiere para encontrar un horizonte profundo más allá de la injusticia?

Desastrosamente, algunos encontramos encantadora esta ciudad caribeña anclada en el Pacífico. Y volvemos a ella como la espuma de mar a la arena. Tiene todo a la mano, pero siempre está tan huérfana que en su soledad pecaminosa se recarga sobre bares y cafés para preñar las noches sin sol de los insomnes.

Y sin embargo, cuando me entregas tu boca con descaro muchas veces grito con ganas de ganarme una sordera en el intento. Como en los callejones los gatos a media noche encuentro toda la profundidad que necesito en tu mirada mujer, que me permites beber más allá de mis fantasías y en tu cuerpo logro reproducir el silencio explosivo que juega a ser como las olas del mar cuando como un náufrago me desarmo sobre tu espalda…





* Dame de esa boca. Café Quijano.
Son españoles... ¡De España! ¿Conoces otra? :P
"Y cierro los ojos sabiéndote en mi me olvido del tiempo disfruto y te siento". No se diga más. Al buen entendedor pocas palabras. No se diga más. No se diga más.

1 comment:

rayuelarcaica said...

vaya un escrito muy poderoso, lastimosamente lo que yo escribo es muy oscuro, deprimente o sarcastico asi que no hay mucho espacio para ser apasionada acerca del romance aunque me guste mucho.

un saludo y un feliz anio