Monday, January 5, 2009

valor y cojones



Me veo al espejo con gusto.

Mi rostro tostado por el sol, los risos rebeldes se mantienen libres pese al pañuelo naranja que los resguarda del viento y mis labios están hinchados por el salitre...

Toy guapa, muy guapa... ¡La Costa me sienta tan bien! Eso y la copañía...

Las ganas de quedarme unos días más se atrincheran de tal forma que logran hacer más pesada la carga: mochila, carpa, accesorios, en fin todo lo que vino conmigo y lo que se va... Quizás volvamos en febrero para mi cumpleaños (y tú sancocho no estás invitado, ¡sí a ti te digo cretino traidor!), pero esta experiencia no tiene réplica y nada asegura que estaremos todos los que estamos, ni que seamos los mismos que hoy somos... muchos se van, otros se quedan y un par de lobeznos granujas están por llegar...

La vida nos cambia, nos templa como el fuego al vidrio, nos multiplica y nos redime de los errores. Se transforma frente a nuestros ojos... e incluso debo reconocer que el tiempo es sabio. Logra destilar el aguaras de las lágrimas en lecciones multiplicadas por risas.

Todo final necesita un inicio así como estas vacaciones que justo ahora poseen su personal punto a parte. Mientras tanto, en este instante, tipeo otro párrafo en la escaleta de esta condimentada experiencia.

De momento, lo más recomendable es organizar todo... estos días con los møbiles apagados e incluso sin revisar el correo electrønico fueron un oasis... pero llega el momento de volver a la frecuencia laboral...

Regresar a la rutina provoca intensa resistencia... no es tan agradable lo cotidiano, pero este tipo de disgusto es lo que mantiene equilibrada la balanza... los días de mierda, las riñas por el turno del CTP, los papeleos, las colas, el seguimiento a los morosos, el acoso a las secretarias para que ese posible cliente afloje una cita, el cansancio, el maní con sal o caminar por todo garcía moreno buscando papel couché de factura brasileña es vital para que se den temporadas como estas...

Hay que trabajar para vivir, así dice en letras pequeñas este cochino contrato que nos impone sistema que entre tiempo y tiempo intenta hacernos creer que es todo lo contrario... nos obligan a pensar que no nos queda otra opciøn que alquilar nuestros huesos a cuanto canalla explotador que por un mísero e indigno sueldito transforma el sudor de sus socios a la fuerza en riquezas...

Hasta que algunos con valor y cojones se aburren del patrøn vicioso...

Por ahora lo único que he definido como mi propio jefe es el horario laboral.

Los días iniciarán a las 09:30... lo demás se irá resolviendo sobre la marcha... no tiene sentido ocuparse por lo que aún no es importante...




*Esclava. Los Cafres.
Otro descubrimiento de este roadtrip. Si existen grupos argentinos que saben hacer reggae. Sus melodías me recuerdan a Bob Marley... pero ¿existe forma de hacer reggae y no inspirarse en él?

2 comments:

Carlos Paredes Leví said...

Valor, cojones y mirarse al espejo con gusto. Una sana trilogía que sólo resta aderezar con algo de alcohol y café. De esta mezcla, únicamente pueden salir cosas buenas...

Un saludo.

Bélica said...

Me gusta el titulo del post, como que me queda en este momento!

Me ha dado nostalgia ver esta foto, prometí que llevaría a JOlie por esos lares y hasta la fecha he podido cumplirle.

Después de un largo feriado, se necesita valor para regresar a la rutina.