¡me enciendo!

"Te he de atrapar
Aunque tenga que deambular desnudo
En esta selva pantanosa
Donde se hunden los recuerdos.

Por lo pronto prefiero cerrar los ojos
Mirar como se paseaban mis dedos
Por tus avenidas de seda
Eso me mantiene vivo, alerta y en celo.

Bailemos de nuevo hasta el amanecer
Sin descuidar la batalla de las veinte mil lenguas
No evitaré convertirme en leopardo
Y desgarrarte de nuevo el universo.

El piso sepia y tibio no se queja
De que devore tu sexo
Con la fuerza de un lobo hambriento
Sin arrepentimientos porque de ellos nace el pecado.

Fumo esta hierba espesa

Delirantes ucronías nebulosas danzan
Dalíes en trazos psicodélicos regalan tu silueta
Despierto en esta cárcel de piel con enrejado de huesos
La radio canta melancólica: “You are innocent when you dream”*.

Estoy sølo un paso de extraviarme en ese laberinto profundo de la lengua... y, cuando el intenso rojo del tinto ha liberando el celo efervescente entre mis venas, unos dientes ajenos van marcando sus huellas en la curva de mi cuello...

Cada rincøn vestido de sombras se estremece ansioso como un testigo voyerista de las pieles trajinadas que devorándose a cada latido de un corazøn depellajado por el hambre se identifican con esa fricciøn calurosa bajo el ombligo...

Todo el dolor comienza a prenderse de fuego lentamente...

Puedo sentir tus largas y delgadas manos deslizarse sin pausa por mi muslo e incluso puedo percibir la expresión de tu rostro al sentir la humedad que escondo bajo la oscura falda de algodón.

En mi mente se va dibujando esa sonrisa satisfecha que enmarca tu rostro de cejas café oscuro, nariz larga y labios finos casi femeninos...

Continúas subiendo despacio, casi sin contacto, reconociendo esta piel que posees a placer cuando te provocan las ganas ocultas en tus entrañas. Yo, prentendo no enterarme, aún molesta por el abandono de tu ausencia actúo como si no estuvieras atizando mi fuego, pretendo una molestia que no siento... pero mi respiración me delata me traiciona un suspiro que silencias cerrando mis labios con el ansia de tu boca...

Percibo el aroma del aire que respiras, disfruto tu sabor a yerbabuena, mientras dura el tráfico de nuestras lenguas en pequeño universo de los besos caníbales boca en boca... simplemente me dejo ir y venir entre tus dedos... ¡me enciendo! "puede ser que otra vez no sea cierto, pero siento como el fuego me quema por dentro"... no siento miedo de reducirme a cenizas bajo tu cuerpo.

* Fuego. Andrés Calamaro e Intoxicados.
Calamaro no sølo tiene unos solos de infarto, por allí algunas composiciones para dúos me resultan inolvidables. No puedo evitar tener siempre cerca las canciones de este grande, me conmoví hasta las lágrimas al cantar algunas de sus canciones cuando lo vi por primera vez en vivo. Creo que él ha estado toda mi vida presente. Por allí hay un cassette de Betamax con la imagen de la niña que fui cantando una canción de los Abuelos de la Nada...

** Entre comas: Inocente. Un poema de Mario Waits

*** Entre comas: parte de la lírica de Fuego.